La semana pasada realizamos una pequeña encuesta en Instagram sobre el uso que hacemos de la letra ligada y la letra de imprenta o de palo. Realizamos la encuesta en base a las siguientes dos cuestiones:
¿Con qué tipo de letra sueles escribir: ligada o de imprenta?
He de reconocer que los resultados me sorprendieron en un principio. El 62,5% de las personas que respondieron, afirmaron que utilizan letra ligada. Este dato me resultó curioso ya que fijándome en la gente que tengo a mi alrededor, pocas utilizan este tipo de letra para sus expresiones escritas. Me puse a analizar el perfil de las personas que habían respondido y pude comprobar que alrededor del 80% se dedicaban a la enseñanza.
Al mirar en el perfil de las personas que respondieron de imprenta, observé que la gran parte de estos encuestados no tenían ninguna profesión relacionada con la educación.
Además me resultó curioso descubrir que algunas personas identificaban su escritura dentro de ligada, pero en realidad su letra se podría enmarcar mejor dentro de la tipografía de imprenta.
La siguiente pregunta decía así:
¿Con qué tipo de letra sueles leer en tu día a día?
Ante esta pregunta, los resultados fueron los que podíamos intuir. El 94% de los encuestados respondieron que en su día a día suelen leer en letra de imprenta.
La gran parte de los documentos que se nos presentan de manera escrita, se nos muestran en tipografía de imprenta, también conocida como cursiva aunque algunos discrepen. Tanto en formato digital, como en papel impreso la letra de imprenta es la reina que rige los documentos escritos.
Revistas, carteles publicitarios, libros de texto, periódicos, trípticos… todos utilizan este tipo de letra. ¿Por qué?
¿Queda mejor estéticamente?
¿Es más fácil de leer?
¿Es una letra más universal?
La letra de imprenta es más clara y sencilla. En consecuencia, es más inteligible, no lleva a confusión con otras letras en comparación con la letra ligada y a la hora de escribirla no precisa de tanto movimiento rotatorio de la muñeca.
Aquí en España existe un arraigo a utilizar la letra ligada en algunas etapas educativas. El inicio de la lectoescritura suele empezar por letras mayúsculas, ya que son más fáciles de ejecutar. Cuando este conocimiento ya está afianzado, numerosos centros educativos empiezan a enseñar la letra ligada. Durante unos años esta letra es la predominante tanto a nivel lector como escrito, hasta llegar a un punto… en el que de repente, sin previo aviso los textos se presentan en letra de imprenta. ¿A qué se debe este cambio? ¿Quién lo marca? ¿La edad? ¿La evolución lectora del alumno?
En países de nuestro alrededor, la letra ligada no forma parte del sistema educativo. Se utiliza la letra de imprenta durante todas las etapas educativas ya que es la tipografía que más van a ver a lo largo de su vida. No se contempla el estar unos años escribiendo de un modo para después cambiarlo.
En Estados Unidos la letra ligada también está muy presente e incluso supone una cuestión de Estado. Juan Cruz, en el curso ¿Cómo enseñar a leer?, nos decía: ¿Alguien imagina la Constitución de los Estados Unidos de América redactada en letra de imprenta?. Eso no cabe en la mente de ningún ciudadano estadounidense.” Y tiene razón, eso sería un sacrilegio.
Muchos de nosotros recordaremos los cuadernillos Rubio que nos solían recomendar para nuestras vacaciones de verano. ¿Alguien los imagina con letra de imprenta? Pues cuadernillos de ese tipo han existido, pero las ventas no fueron las esperadas, ya que los españoles estamos acostumbrados a aprender a leer y escribir con letra ligada.
¿Qué es mejor? No hay estudios concluyentes que arrojen luz sobre este tema.
Pero a priori, parece lógico utilizar siempre el mismo método y no cambiar las reglas del juego a mitad de una etapa educativa. Para los niños sin dificultades de aprendizaje el cambio no será complicado, pero ¿y qué hacemos con los que sí las tienen?
